miércoles, 8 de septiembre de 2010

-¿Podrás?

-Por la mañana, ella se asustó levemente al comprobar que la puerta de la habitación estaba cerrada. Le preguntó si la había cerrado de madrugada.
-Él le dijo que no.
-¿Quién ha cerrado la puerta de nuestra habitación durante la noche?
-¿La gata?
-Mírala, está aquí dentro, es imposible. Sabes lo que cuesta cerrar esta puerta. La fuerza que hay que hacer.
-Una corriente de aire.
-Todas las ventanas están cerradas. De todos modos, si se hubiera cerrado de un portazo, lo habríamos oído.
-No sé. Yo no he sido.
-Ni yo.
-Ábrele a la gata.
-No, ábrele tú.
-Él se levantó sonriente y ella no supo de su escalofrío.
-¿Podrás?
-¿Si podré abrir la puerta?
-Sí. ¿Podrás?
-Cómo no voy a poder abrir la puerta.
-Él la abrió haciendo un pequeño esfuezo, empujándola después de haber bajado la manija. Admite de viva voz que es algo difícil de abrir y de cerrar.
-La gata sale rápidamente de la habitación, rumbo a la cocina dónde tiene comida, agua y su batea de arena.
-Ellos, ahora deberían ir también a la cocina a preparar el desayuno, pero se demoran en el cuarto de baño que tienen en su habitación, aseándose, comentando lo bien que se ha dormido anoche, por fin, después de tantas noches de calor. Entran y salen alternativamente del cuarto de baño sin mirar hacia el salón semioscuro tras la puerta, y siendo conscientes de que no miran hacia el salón que deben cruzar para llegar a la cocina donde seguramente está bebiendo y comiendo la gata.
-¿Cómo se llamaba?
-¿Quién?
-La mujer. 
-¿Qué mujer?
-La hermana.
-...
-La hermana de la señora que nos vendió el piso.
-Él sonríe antes de decirle que nunca tardaron tanto en ir a preparar el desayuno. No sé.
-Su nombre está en la dedicatodria del libro ese.
-Pues míralo.
-El libro que estaba en la casa. El que le dedicaron en los años cuarenta.
-Sí, sé de que libro hablas. Míralo.
-Está en la biblioteca.
-Míralo.
-En el salón.
-Sal y miralo.
-Voy a ducharme.
-¿Antes de desayunar?
-Creo que se llamaba Julia.
-Hoy llegamos tarde.
-La luz.
-¿Qué?
-Está amaneciendo más tarde. Cada día.
-Sí.
-¿Nos duchamos?
-Hoy hay que comprarle comida a la gata. Ya casi no le queda.
-Esta tarde.
-Dejan la puerta del cuarto de baño entreabierta. La pareja se mete en la ducha. Ella comenta lo bien que se está allí, bajo el agua caliente.
-Él le responde que sí.
-Dan ganas de quedarse aquí.
-Él vuelve a responder que sí.
-Sí, amor.


17 comentarios:

  1. Y sin embargo me quedo con el poso inquietante Angel Exterminador /Caso de Crimen en habitación cerrada por dentro...
    Me lo tengo que mirar, esto

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  2. No es mal lugar para quedarse con la pareja: bajo las rayas templadas del agua que cae de la ducha. Mejor no salir.

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  3. una conversación cotidiana que invita a seguir leyendo.

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  4. Muy bueno. En una escena siempre hay otra escena. O dos.
    Un abrazo.

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  5. Juegas con las palabras como un niño con las piezas de un puzzle. La pareja que se quede en la ducha, que fuera empieza a hacer frío.
    Un saludo.

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  6. Wow. ahora sí me quedé intrigada.

    Saludos.

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  7. No dejas de sorprenderme. Qué manera de crear una atmosfera de relato fantástico con una sola línea: "¿Cómo se llamaba?".

    Un abrazo borgiano.

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  8. Es una escena de la vida cotidiana, un tanto enigmática,eso me ha parecido a mí...
    Besicos.

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  9. y..?? me dejas intrigada...
    haces que esté pendiente durante toda la lectura para poder descubrir ese misterio...y se quedan en la ducha?? pensándolo bien, yo también me quedaría...jajaja
    Me encantó!!

    Un beso!!

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  10. Siempre te he dicho que tu casa me gusta mucho y Juro por lo injurable, Blanco, que me gusta mucho más que la casa de Cortazar.

    Un fuerte abrazo, maestro.

    P.D.
    “-Él se levantó sonriente y ella no supo de su escalofrío.”

    Yo he sido así de valiente en varias ocasiones.

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  11. Blanco, me quedo intrigada...

    Yo también me quedaría en la ducha con mi pareja...buena situación!

    Jesús, muy bien tu valentía, una buena virtud!

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  12. Yo no hubiera podido conciliar el sueño en esa habitación: odio los gatos y las puertas cerradas. Pero adoro a las vendedoras de pisos..., y supongo que también a sus hermanas, por supuesto.

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  13. la puerta la cerró el espíritu de julia, sin duda. ...andaba buscando su libro dedicado. ¡qué bueno!

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  14. El ángel exterminador se dedica a incordiar alcobas pequeñas. Se ha hecho mayor, ya no se cuela en las fiestas.

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  15. Míratelo, pero seguro que no es nada, Xibeliuss.

    ¿Dónde se va a estar mejor, Arrecogiendobellotas? Yo llevo veinticinco años bajo la ducha.

    Te invito a que leas la siguiente, Claudia.

    Se intenta que haya más de una, sí. Abrazo grande, Daniel.

    Los puzzles se me dan muy mal, Recuerdos. Será por eso que escribo.

    No está mal quedarse con la intriga, Marcia.

    Te devuelvo uno cortazariano, Thornton.

    No sabes las cosas que ocurren en esa casa, Cabopá.

    Yo soy el primero en intrigarse, Sensaciones.

    Joder, Jesús. Las cosas que dices. Mi casa es tu casa. Tú trae la mortadela.

    Arlette intrigada. Buen título para una obra de teatro de Antonio Gala. Un beso.

    Pues si conocieras a esta hermana, Jose...

    Todo hace pensar que fue ella, Livingstone. Pero cualquiera sabe.

    ¿A que sí, Julieta?

    ¿Y tú cómo sabes eso, Esgarracolchas?

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  16. -Me encanta
    -¿Yo?-responde ella elevando su rostro apenas sin poder abrir los ojos por las gotas que rebotan de él.
    -La confianza que tenemos. Se está tan genial aquí...

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