-Hay gente que se disuelve. Empieza a desenfocarse levemente. Mientras busca justificaciones en la niebla, las gafas, o la caprichosa luz envenenando las sombras, sigue desvirtuándose. El espejo comienza a devolver sólo partes arbitrarias de rostro y cuerpo, y hace pasar al otro lado rasgos que se creían definitivos. ¿Cuánto tiempo ha pasado? Parece que fue ayer. Los demás ya no se extrañan. Tu madre no se justifica por no haberte llamado, y tu hija da por hecho que el trabajo te ha retenido para siempre lejos del hogar. Tu esposa deja de buscar coartadas y trae a su amante a la casa que ya no mantienes. La ropa colgada en sus perchas se entiende cabalmente como una escenografía pretendidamente nostálgica que no hace llorar a nadie. El sepia de las fotos acelera de cero a un siglo en pocas semanas. Finalmente, un buen día, hay gente que desaparece. Desaparezco.
EL MAXIFINGER DE LOS FACHAS
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De la portada de Retina (El País), algo sobre los fachas y su expansión
"manu interneteri" para comerle el tarro a la juventud. Que los hay, que lo
so...
Hace 33 minutos